La B del BIM

Muchos son los significados que se aplican al ya manido acrónimo. La mayor parte son variaciones sobre la «M». Model, Modelling, Management,… dependiendo de si hablamos del objeto, del proceso o de la gestión del trabajo. Obviamente esta percepción sesgada está provocada por los fabricantes y distribuidores de software, que han insistido hasta la saciedad en que BIM es todo aquello que sus aplicaciones son capaces de realizar. Así cuando se habla de las dimensiones del BIM, son todas distintas utilizaciones de sus programas sobre un modelo.

 

En una evolución cognitiva posterior, los usuarios y entendidos en la materia, insisten en la importancia de la «I». Todo es información. Si no hay información en el modelo, no hay BIM, sólo un modelo 3D desnudo. Es muy sencillo encontrar artículos y publicaciones donde se prepondera el valor de la «I» por encima de las otras iniciales. Y es cierto que sólo aplicando la experiencia y el conocimiento es posible «rellenar» ese modelo con la información «útil» que más adelante nos sirva para ejecutar la obra o mantener el edificio más eficientemente.

 

Pero si reflexionamos un poco, la «I» y la «M» son proceso. Son el medio para llegar al fin, que es la «B». No olvidemos que el BIM no tiene sentido en si mismo si no es para llegar a materializar un edificio y poder utilizarlo. Habitarlo. Cuidarlo, y llegado el caso, sustituirlo.

 

No deberíamos ensimismarnos con el método, más de lo que realmente pueda aportar a mejorar ese edificio.

 

Mientras creamos que el BIM es la herramienta que nos permite construir y operar nuestros edificios más eficientemente, estaremos quedándonos muy atrás en nuestras expectativas.

 

Personalmente creo que es importante pensar y utilizar el BIM para la mejora del edificio, la mejora del diseño, y de la posterior habitabilidad. Ahora podemos calcular el coste, planificar su ejecución, analizar su estructura, contener la documentación asociada… pero deberíamos enfocarnos en como mejorar su accesibilidad, estudiar los flujos de fluidos, las circulaciones, las visuales desde su interior… y por supuesto la tecnología nos permite hacer todo esto. Sólo falta que pongamos mayor interés en estos análisis.

 

Recientemente se está sustituyendo el nombre de modelo BIM por el de «Digital Twin». Más fácil de traducir y mucho más evocador. Soy de la opinión de que el «Gemelo Digital» es un término mucho más apropiado para referirse al modelo. Permite entender que ese doble virtual existe como modelo sobre el que verificar las bondades de su hermano real. El que de verdad existe o existirá.

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